Cachorros Golden Retriever

Cachorro Golden Pura Raza

Cómo criamos a nuestros Golden Retriever

Nuestra filosofía de cría se basa en tres principios fundamentales: salud, carácter y belleza. Criamos de manera responsable, familiar y estamos comprometidos con la preservación y mejora de la raza Golden Retriever.

Garantías de salud

Nuestros perros cuentan con garantías de salud, al igual que sus padres. Les procuramos la mejor alimentación y periódicos controles veterinarios. Ellos son nuestra familia y nuestro deseo es, por encima de todo, su bienestar.

Antes de llevar a cabo una camada, nos aseguramos de realizar a nuestras hembras todas las pruebas de salud fundamentales. Nuestros Golden cuentan con radiografías de caderas y codos con valoración del grado de displasia certificado. También les realizamos  pruebas certificadas por oftalmólogo veterinario y ecocardiografías que aseguren la ausencia de enfermedades congénitas, así como análisis genéticos que aseguren la no trasmisión de enfermedades hereditarias.

En el caso de los machos, si optamos por un reproductor de nuestra casa, realizamos las mismas pruebas. En caso de optar por uno externo, intentamos que éste tenga los mismos requisitos que nosotros aportamos de nuestras hembras.

La decisión

Estudiamos cuidadosamente, a veces durante meses, los cruces entre progenitores que cumplan las máximas garantías de salud. La intención siempre es tener cachorros sanos, de excelente morfología y acordes al estándar de la raza. Otro de los propósitos es mantener ese carácter único que hace que el Golden Retriever sea una raza incomparable.

Las pruebas de control previas a la gestación y durante el embarazo, las realizamos en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense (revisiones, inseminación si es el caso, análisis de progesterona, ecografía gestacional y radiografía). 

Una vez tomada la decisión de realizar una camada, informaremos de las fechas previstas, que siempre serán aproximadas. Todo dependerá de cuándo entre en celo la futura madre y de sus días más fértiles. Confirmada la gestación por ecografía, será el momento en que también presentemos al macho seleccionado.

Gestación y parto

Tras el parto, dormimos junto a la madre y los cachorros las primeras semanas, para asegurarnos de que todo va bien. Entorno al tercer día iniciamos un cuidado programa de estimulación temprana.

Entre el nacimiento y la segunda semana de edad, el cachorro prácticamente sólo mama y duerme, siendo la madre la que se ocupa activamente de él. Sin embargo, es fundamental  estar pendiente de que ninguno de los cachorros sufre ningún daño accidental y de que se alimenta correctamente. En esta etapa estimulamos al cachorro manipulándolo con mucho cuidado para comprobar la dominancia flexora y determinados reflejos. Es fundamental realizar controles de peso y respetar su descanso (durante el sueño se segrega la hormona del crecimiento). 

Desde la tercera hasta la séptima semana el cachorro empezará a memorizar referencias del ambiente y aprenderá cuáles son las especies amigas. Por ello, intentamos enriquecer su medio todo lo posible, con juguetes para perros, sonidos, texturas variadas, diversos tipos de superficies y experiencias con adultos y niños.

Socialización

El desarrollo del sistema nervioso del cachorro es estrechamente dependiente de los estímulos que el medio ambiente provee, y sus efectos se traducirán a nivel de comportamiento.

Por ello, durante el periodo sensible de aprendizaje, una pequeña cantidad de experiencias determinantes producirá efectos importantes sobre el comportamiento del perro adulto. En consecuencia, nosotros comenzamos, ya desde la etapa de preñez, a acariciar suavemente a las madres y a palparlas diariamente el abdomen, con la finalidad de obtener cachorros más tolerantes al contacto. El programa de estimulación y socialización continuará hasta el momento en que el cachorro sea entregado a su futura familia. 

En caso de que el cachorro no reciba estimulaciones en el periodo sensible, se corre el riesgo de que no tenga un comportamiento normal en el futuro.

Una madre no acariciada o estresada durante la preñez, o un cachorro no manipulado, puede derivar en una tendencia al temor e intolerancia al contacto. La separación antes de tiempo de la madre y los hermanos puede generar hipersensibilidad e hipermotricidad (serán perros excitables y nerviosos). La ausencia de contacto con miembros de la misma especie, o con personas o niños, puede acarrearles futuras fobias a estos. 

Sin embargo, los animales que han sido manipulados en la fase neonatal muestran una maduración más rápida del sistema nervioso central. Estos cachorros abren los ojos a una edad más temprana, crecen más deprisa y muestran coordinación motora antes que los animales que no han sido manipulados.

  Es, por tanto, de este período de socialización, del que dependerá el desarrollo sensorial y motor del cachorro. Será también aquí donde aparezca la conducta de juego, gracias a la que aprenderá a controlar la intensidad del mordisco y a relacionarse con sus congéneres y, por extensión, con las personas.

  Hacemos mucho hincapié en este periodo y nos parece fundamental trabajarlo en el cachorro, ya que una mala socialización o la ausencia de estímulos aumenta la posibilidad de que tenga problemas de comportamiento en edad adulta. Es fundamental la estimulación táctil, visual, olfativa, auditiva, así como fomentar la conducta exploratoria.

  Intentamos hacer la espera de las familias lo más amena posible, compartiendo con vosotros todo el proceso y haciéndoos partícipes del desarrollo del cachorro desde la gestación hasta el momento de la entrega. Por eso, iréis viendo como se les estimula y os daremos pautas importantes para que lo continuéis vosotros durante los primeros meses que serán fundamentales.